Mi gato
Soy un lector empedernido. Nunca he comprado un libro, no he pisado una biblioteca en mi vida y, por supuesto, ni los pido prestados ni los robo. He leído muchísimo, miles de obras, no sé cuantas, he perdido la cuenta. Sólo tengo que llamar a mi gato y escoger un ejemplar, el que me apetezca.
La explicación es que mi mascota no tiene cuerpo; bueno, para ser exactos sí lo tiene, lo que sucede es que no es de carne y hueso, sino que está compuesto de libros. De cinco a ocho ejemplares, dependiendo de lo gruesa que sean las obras. Lo tengo hace mucho. Los gatos tradicionales me dan un poco de grima. No me acostumbro a que tengan barriga en lugar de libros. Supongo que es cuestión de gustos.
Cuando termino de leer la obra, se la coloco en el mismo lugar donde la tenía. Este detalle es importante, no conviene cambiar el orden original, porque de lo contrario, el animal sufriría fuertes dolores abdominales, gases y malas digestiones. Come única y exclusivamente sopa de letras. Es el alimento necesario para este tipo de gatos. La razón es obvia.
Los gatos tradicionales mudan el pelo; mi gato, cambia de libros, los transforma en nuevos ejemplares.
Jamás ha repetido ningún título.
Gracias, gracias por esta exposición tan magnífica, gracias por vuestra hospitalidad y felicidades por la edición, ya he podido leerlo entero y me han encantado tus historias8 alos amigos que les regalé el libro también). Espero que te lo reconozcan como mereces.
ResponderEliminarsaludos desde Fernán-Núnez(Córdoba)
besos
Qué bueno...!!! Siempre libros nuevos....
ResponderEliminarQué imaginación...!